¡Enfócate!

¡Enfócate!


Uno de los mayores problemas, es desear lo que otros tienen. Existe una diferencia entre admirar y envidiar.


Admirar, nos impulsa a seguir creciendo y nos inspira a creer que nuestro trabajo dará fruto.


Envidiar, causa enojo y trae consigo impaciencia y cansancio.


Lamentablemente nos enfocamos más en desear lo que otros tienen y olvidamos dar gracias por lo mucho o poco que tenemos, por esa razón no disfrutamos nuestros triunfos.


Si cambias tu manera de ver la vida podrás avanzar y alcanzar los anhelos de tu corazón.


No te dejes contaminar de la envidia, enfoca tus fuerzas en alcanzar tus metas.


Recuerda, el único que puede ayudarte a ver la vida de la manera correcta es Dios. Pide su ayuda y verás que Él extenderá su mano, ampliará tu visión y te impulsará a alcanzar tus metas.


¡Enfócate!




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